Robot Turtles
juego de mesa para que los niños a partir de 4 años aprendan los fundamentos de la programación. Uno de los jugadores se convierte en el «motor de tortugas» y el resto son «maestros de tortugas». Los maestros deben conseguir que su tortuga avance por el tablero y los diferentes laberintos que le planteamos hasta llegar a la gema de su color.
De inicio hay tres cartas: avanzar, girar a la derecha y girar a la izquierda. Robot Turtles se adapta a la edad de los niños desbloqueando nuevos conceptos a medida que los niños van dominando el juego. Se pueden desbloquear nuevos obstáculos (muros de hielo, muros de piedra y cajas), una nueva carta de acción para las tortugas (el láser que permite fundir muros de hielo) y la carta de acción definitiva: la de la rana
Cosas como que el primer niño que llegue a la gema, debe ayudar al resto, que no hay perdedores o el botón de «bicho»que permite deshacer un movimiento, configuran un tipo de juego amable y no competitivo ideal para esta edad.
Robot Turtles es un juego de mesa para que los niños a partir de 4 años aprendan los fundamentos de la programación. Uno de los jugadores se convierte en el «motor de tortugas» y el resto son «maestros de tortugas». Los maestros deben conseguir que su tortuga avance por el tablero y los diferentes laberintos que le planteamos hasta llegar a la gema de su color.
El motor (normalmente un adulto o bien un niño que domina el juego) es quien mueve las tortugas, interpretando las diferentes cartas que los maestros tiran en su turno.
De inicio hay tres cartas: avanzar, girar a la derecha y girar a la izquierda. Robot Turtles se adapta a la edad de los niños desbloqueando nuevos conceptos a medida que los niños van dominando el juego. Se pueden desbloquear nuevos obstáculos (muros de hielo, muros de piedra y cajas), una nueva carta de acción para las tortugas (el láser que permite fundir muros de hielo) y la carta de acción definitiva: la de la rana (¡a esta no hemos llegado!).
Cosas como que el primer niño que llegue a la gema, debe ayudar al resto, que no hay perdedores o el botón de «bicho» (del inglés «bug») que permite deshacer un movimiento, configuran un tipo de juego amable y no competitivo ideal para esta edad.
A partir de 4 años. De 2 a 5 jugadores.